Acabo de terminarlo... Una novela desgarradora.
La pequeña Kim, una niña china de once años, tiene la oportunidad de emigrar a América con su madre, gracias al favor de la tía Paula. Bajo una máscara de falsa simpatía y hospitalidad, tía Paula alberga celos y rencor hacia su hermana por cuestiones familiares.
Las obliga a vivir en la peor zona de Brooklyn, en un piso ruinoso en condiciones infrahumanas, rodeadas de ratas y cucarachas, sin cristales en las ventanas y sin calefacción para el frío invierno. También las obliga a trabajar en su fábrica textil, para poder pagarle todas las deudas. Trabajan sin descanso durante horas, cobrando a un centavo la prenda.
Pero no está todo perdido. Kimberly, como decidió llamarse para adaptar al inglés su nombre, fue la mejor alumna del colegio en Hong Kong, y tras superar la barrera del lenguaje en su nueva cultura, vuelve a ser tan brillante en los estudios como siempre.
Su objetivo es conseguir buen nivel académico para sacar a su madre de la fábrica y procurar una vida mejor para las dos. No tiene otro remedio que mantener separados sus dos mundos: Una estudiante modelo de día, y una trabajadora incansable en la fábrica de noche.
Su objetivo es conseguir buen nivel académico para sacar a su madre de la fábrica y procurar una vida mejor para las dos. No tiene otro remedio que mantener separados sus dos mundos: Una estudiante modelo de día, y una trabajadora incansable en la fábrica de noche.
Amistad, amores, lealtad, y la dificultad de integrarse en un nuevo mundo para sobrevivir, entre el amor a la tradición y el deseo de avanzar hacia un futuro mejor.
Nota: 9
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