viernes, 7 de diciembre de 2012

La vida de Pi

Ang Lee es capaz de todo, por lo que parece. Visualmente tiene muchos momentos bellísimos, oníricos, y la reflexión que queda latente durante toda la película merece la pena. Está muy cuidada. Profunda, seria y emocionante. Realmente no sabía que iba a encontrarme con algo tan emotivo.

"Piscine Patel es un chico indio, apodado Pi, cuyo máximo interés en la infancia es la búsqueda de su espiritualidad. Para ello llega a convertirse a tres religiones, encontrando en cada una cosas de las que aprender. Pero debe abandonar su país, pues el zoológico de su padre tiene problemas económicos. Embarca con su familia y los animales en un carguero rumbo a Canadá, que jamás alcanza su destino, pues en una noche de tormenta, el barco naufraga, dejando a Pi y a Richard Parker en un bote, a la deriva por el Pacífico." 

Encontramos algunos momentos conmovedores, pero también otros que nos dejan pegados a la butaca de pura tensión. Es diferente, magnífica. 
La estructura narrativa acompaña perfectamente a la trama, pues alterna en los momentos oportunos presente y pasado. Tiene un estilo propio, una imagen se funde con otra mientras el fondo continúa siendo el de la historia durante unos segundos. 
Justo cuando estamos empezando a volar demasiado, nos trae de nuevo a tierra (o a la mar, mejor dicho), para permitirnos volver a remontar el vuelo un poco más alto la próxima vez. 

Y bueno... realmente podríamos decir que son dos historias dentro de una. ¿Cuál quieres creer?
Nota: 8

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