Cine
La promocionan como una comedia romántica, pero a decir verdad, también podría clasificarse como un drama con final feliz. Tiene bastantes puntos cómicos, pero el epicentro de la historia es una relación que se va desgastando, corrompiéndose poco a poco por el egoísmo y los sacrificios "necesarios" para lograr una meta profesional, por la impredecibilidad de la vida de ambas partes de una pareja y de los retos que ello conlleva. Obviamente, uno de estos sacrificios es ir posponiendo la boda a espera de un momento mejor, más estable.
La promocionan como una comedia romántica, pero a decir verdad, también podría clasificarse como un drama con final feliz. Tiene bastantes puntos cómicos, pero el epicentro de la historia es una relación que se va desgastando, corrompiéndose poco a poco por el egoísmo y los sacrificios "necesarios" para lograr una meta profesional, por la impredecibilidad de la vida de ambas partes de una pareja y de los retos que ello conlleva. Obviamente, uno de estos sacrificios es ir posponiendo la boda a espera de un momento mejor, más estable.
Las actuaciones de los protagonistas, Emily Blunt y Jason Segel, son muy buenas. Tienen química, y confianza, forman un buen equipo.
El
film sobrepasa la duración de lo usual en el género, llegando a los 120
minutos. Esto contribuye a que en ciertas ocasiones, muy pocas en
realidad, se haga un poco lenta. Sin embargo, esto se contrarresta con
un espíritu entrañable y sincero que provoca una sonrisita en muchísimos
momentos y risas en otros.
Lo que más me ha gustado es el final: Tierno, con grandes dosis de complicidad, y que aporta un giro original a la trama.
Si
tuvieras una caja de donuts de ayer en la mesa, al alcance de la mano,
pero te prometieran donuts frescos dentro de media hora, ¿Qué harías?
¿Comerías los donuts pasados, o esperarías para disfrutar de unos
nuevos?
Nota: 7
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