domingo, 21 de octubre de 2012

Looper

Me ha encantado. Es de esas películas que, una vez sale del cine, el espectador necesita una buena sesión de debate y de preguntas existenciales respecto al intrincado universo de Looper, para notar horas después como las piezas del puzzle siguen luchando por encajar en su mente. Definitivamente, Rian Johnson sabe jugar con la audiencia. 

Es del tipo de proyecciones que incluso, necesitan ser vistas una segunda vez, solo por disfrutar captando los detalles que en la primera se escaparon. Yo, personalmente, quiero verla de nuevo. Lo merece.

Las paradojas temporales ya han sido utilizadas en muchas otras ocasiones en diversos géneros, para quien disfrute devanándose los sesos. Aún así, son un recurso que puede seguir explotándose,  a pesar de que ya existen auténticas joyas y clásicos cinematográficos. Aquí tenemos la prueba de ello. Una buena idea no significa un buen resultado. Pero es un gran punto de partida. Por fin, después de infinitas adaptaciones de cuentos infantiles, remakes, reboots y argumentos "maníos" y estirados hasta la saciedad, tenemos una idea bastante original y muy bien trabajada. 

"Los viajes en el tiempo aún no se han inventado. Año 2072, los asesinatos están terminantemente prohibidos, por lo que los objetivos son enviados a través de una máquina del tiempo al pasado, al año 2042, donde existe una red de sicarios, conocidos como loopers, que se encargan de acabar con ellos y deshacerse rápidamente de los cuerpos. Uno de los mejores loopers es Joe, para quien esta profesión sólo supone un trabajo muy bien pagado. Hasta que recibe un nuevo objetivo desde el futuro: él mismo."

El reparto es magnífico, con Bruce Willis, Joseph Gordon y Emily Blunt, cada cual mejor que el anterior, y sin olvidar al niño, que no tiene nada que envidiarles en interpretación.

Han conseguido entrelazar pasado, presente y futuro. Acción, ciencia ficción, comedia y cine negro de una manera limpia y totalmente eficaz. Aunque siempre tiene que haber un "pero". Respecto al final, me surge un dilema. No estoy segura de si el argumento se traiciona a sí mismo, o si es tan perfecto que no consigue ser procesado. 

Me explico. En Origen, por ejemplo, la escena final supone un inmenso interrogante a lo que hasta ahora se había considerado real, pero aún así queda claro, porque el dilema lo inyecta cada uno en su propia existencia. Los créditos, la proyección y la película pasan a un segundo plano durante un rato. Nos cuestionamos a nosotros mismos. Sin embargo, en Looper, encontramos una nube general en la sala, mientras los espectadores se miran unos a otros intentando discernir sin son los únicos que no lo han entendido. 

Además de ello, hay ciertos aspectos que no quedan del todo claros, que espero comprender cuando la vea por segunda vez, o bien pasar a considerarlos otras posibles opciones.


Cabe destacar la labor de maquillaje, Gordon Levitt está tal vez excesivamente maquillado, pero consigue sin duda alguna recrear el "ser" de Bruce Willis. La mirada, la sonrisa. Es él, pero a la vez es él mismo. Ambas personalidades, personaje y actor. Podemos ver en la imagen la reminiscencia física de un supuesto Willis de joven, pero sin dejar de lado la esencia de Joseph. 

(Como "curiosidad, ahora mismo, después de un rato de debate anoche al salir del cine, aquí seguimos dándole vueltas) Es difícil que un largometraje de viajes temporales sea perfecto, porque empiezas a pensar en el "que pasaría si..." intentando comprenderlo todo a la vez, todas las posibilidades dentro del mismo bucle. Y no puedes. Porque sólo hay un bucle... ¿no?

Recomiendo verla, es imposible plasmar aquí todas las conclusiones a las que llegas, pues muchas de ellas desafían a la cordura. 

Nota: 8.5

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